Lilita... y si sonreís mejor....

“Los tristes no ganan elecciones” nos afirma Antoni Rubi Gutierrez.


     En un intento de mejorar la comunicación no verbal, liderando las emociones positivas y, alejados del pesimismo que inunda la eterna cara de ofuscado, nuestros políticos están condenados al intento de agraciar con su sonrisa. Sonrisa, que contagie, sonrisa que mejore la autoestima, sonrisa que nos persuada.

Nada es nuevo, Aristóteles afirmo que: “El hombre es el único animal que ríe”, haciendo una clara distinción, entre la risa de la sonrisa. Es decir, entre aquella que es innata y natural, de aquella que fingimos premeditadamente.

Como nuestro trabajo es estar en la lucha constante por develar los deseos de la gente: “Intentamos que nuestros clientes, practiquen y mejoren todas aquellas emociones que les permitan mantenerse en la mente de los electores”. Asegura Sebastian Bertrán Lamas -  Director de Vab-Consulting.

En esta práctica, aconsejamos según un análisis de la morfología de los rasgos en un contexto determinado, que siempre se tenga una sonrisa a mano. 
Pues de lo que se trata, es de evitar esa risa que no armonice con nuestro mensaje político. (evitar esta foto por ej)
La imagen por si sola no define el voto masivo, pero sin ella, no hay mensaje creíble en tiempos donde  reina la  tiranía de la mediocracia.

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